Ahora que he estado haciendo trabajo desde casa en Washington DC, me he dado cuenta de que además de que uno es dueño de su tiempo y es mucho y a veces no sabes que hacer con él, no hay ningún espacio público con actividades a un kilómetro a la redonda, al menos en esta ciudad y en la gran parte de las ciudades latinoamericanas. Cabe resaltar que existen algunos pero no son muy cercanos y generalmente estan llenisimos. Esto hace que sea invariablemente un infierno, ya que para sustituir ese estrés que provoca el no tener a donde ir a recrear la pupila o intercambiar una charla me genera ansiedad y lo único que quiero hacer es sentarme a ver la televisión y comer.
Sé muy bien que en las ciudades europeas no ocurre tanto y es por esto que nos encantan, han trabajado muy bien en su cultura del ocio, a pesar de que algunos gobiernos quieran eliminarlos porque también son espacios para la manifestación y la exigencia. El gobierno nos controla por medio de la eliminación y control de los espacios públicos. Entonces, la pregunta y el reto es:
Cómo hacer que que existan más y no generen gentrificación al mismo tiempo, por qué las ciudades que tienes muchos de estos espacios como Barcelona y París tienen pisos y rentas muy caras, cómo adaptarse mejor a las migraciones y vagabundos que generalmente pueblan estos espacios (todo el tiempo han ocurrido), cómo concientizar a la población que el vacío y el ocio que tienen es lo que les hace libres y que no es necesario llenarlo con compras y tele, hay un más allá.
Bueno y latinoamérica que sigue pensando que el espacio público es el centro comercial -triste es que es el espacio peatonal más seguro- mientras que en EUA ya los están abandonando.
Franklin Park downtown Washington DC. |
Curiosamente pensaba, que en los gobiernos no hay una política del espacio público (porque no la entienden), generalmente se la atribuyen al desarrollo urbano y ni siquiera hay un presupuesto específico a esto. Debería haber todo un departamento que de mantenimiento a las áreas existentes y planifique las nuevas, que coordine y haga una agenda anual de actividades e intercambio. En México empieza a surgir de manera independiente y en los gobiernos como el GDF también. Necesitamos más, creo que esto realmente empodera al ciudadano y lo concientiza de la magnitud de de las problemáticas, lo identifica con el lugar en el que vive y lo sensibiliza del contexto que lo rodea.
El espacio público es un lugar de intercambio cultural y educativo. Los niños miran y replican.
Es el espacio que nos reconforta ante tanta inmensidad, caos y densidad.
El espacio público es un lugar de intercambio cultural y educativo. Los niños miran y replican.
Es el espacio que nos reconforta ante tanta inmensidad, caos y densidad.
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